Introducción
Para tratar el tema de las actividades económicas de la población, es necesario conocer qué porcentaje de chilenos y chilenas son económicamente activos, es decir, quiénes realizan un trabajo remunerado, en qué actividades económicas se desempeñan y cuáles son las actividades que predominan. Según el Censo de 2002, la participación laboral de la población de 15 años o más llegó a 52,4%. Para el caso de los hombres alcanzó un 70,0%, mientras que para las mujeres se observó un 35,6%.
Esta cifra ha ido en aumento en comparación con períodos anteriores, como los de 1970 y 1982. Ello debido al mayor desarrollo económico y a la creciente incorporación de la mujer al mundo laboral.
Este aumento del número de trabajadores y trabajadoras (población económicamente activa) es de vital importancia, especialmente para la proyección futura, en la medida en que se puede pensar en un aumento del ingreso per cápita (flujo de recursos económicos que recibe una persona por su trabajo en un período determinado) que signifique un mejoramiento del nivel de vida general.
En términos generales, Chile ha experimentado un cambio en las actividades que realiza su población. En la última década han crecido las actividades terciarias, es decir, las concentradas en la producción de servicios y comercio y no en la elaboración de bienes. Esto implicaría, a juicio de algunos especialistas, que Chile estaría insertándose en el grupo de los países en vías de desarrollo.
En el año 1992, la fuerza de trabajo concentrada en el sector secundario (elaboración y manufactura de materias primas) alcanzaba al 24% de la población, casi un 5% más que a fines de la década del 80. Este aumento se debió, en gran medida, a la expansión de la construcción, rubro que en los últimos veinte años ha experimentado un gran aumento debido a la inversión pública y privada.
Con respecto al sector primario (extracción de materias primas y recursos naturales), la población que trabajaba en la agricultura en 1992 era de un 18%. De ese universo, el 1,8% desarrollaba su actividad en el área de la minería. El índice del trabajo en este subsector es bajo, debido a la alta mecanización del área, concentrada especialmente en la gran y mediana minería.
De acuerdo al Censo 2002, el sector terciario ha sido el único que ha experimentado aumento. Ello corrobora la tesis de que la economía chilena se está concentrando en el área comercial y de producción de servicios. Para muchos, se trataría de un síntoma de modernización y de desarrollo. Ello se expresaría en que, entre los años 1992 y 2002, el sector terciario aumentó la ocupación en 43,1%, mientras que el sector primario disminuyó en 20,5% y el secundario en un 1,1%.
Diversidad Cultural (Anexo para reflexionar)
La diversidad cultural
La cultura es un elemento central para el desarrollo. Defendimos la necesidad de incorporar la cláusula de la “reserva cultural” en los tratados de libre comercio.
La Nación
La cultura es un elemento central para el desarrollo. Defendimos la necesidad de incorporar la cláusula de la “reserva cultural” en los tratados de libre comercio.
La Nación
Paulina Urrutia. Presidenta del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes
El 18 de junio se produjo la puesta en marcha de la Convención sobre la Protección y la Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, al reunirse en la sede de Unesco, en París, los representantes de los 63 países que han ratificado el acuerdo. La existencia de esta convención es un triunfo para nuestros pueblos. Para todos aquellos que creímos que resultaba posible contar con un instrumento jurídico de derecho internacional que pusiera a la cultura al mismo nivel que los principios y reglas de la libertad de comercio, cuyo complejo sistema de derechos y obligaciones condicionan la acción cotidiana de nuestros Estados.
Los beneficios que comporta la globalización y la sociedad de la información toleran de manera simultánea riesgos, en particular para países como los nuestros, de mercados pequeños, que se enfrentan a la onda expansiva de la homologación, que amenaza la diversidad, la particularidad y la riqueza de nuestras distintas culturas. Más amenazadas aún se encuentran las mínimas y delicadas identidades de las llamadas “minorías” -étnicas o culturales- diseminadas por el mundo, en una aldea global con las características de la actual. Sobre todo, cuando se trata de un proceso cuya tendencia es a restringir la cultura a un rol, legítimo pero no suficiente, de distracción y mero entretenimiento, articulada en mecanismos comerciales, perdiendo su capacidad transformadora, liberadora, identitaria y humanista.
Las cosas van cambiando. Chile ha llevado adelante un exitoso proceso de apertura comercial, que ha destacado a nuestro país y su economía. Para nosotros, la cultura, además de su esencial rol de carácter estético y simbólico, es un elemento central en el camino al desarrollo. Es por eso que identificamos y defendimos la necesidad de incorporar la cláusula de la “reserva cultural” en los distintos tratados de libre comercio. Éste no ha sido un éxito sólo del Gobierno, sino una suma de esfuerzos, en especial impulsados por las organizaciones civiles al alero de la Coalición Chilena para la Diversidad Cultural, que nos ha acompañado en todo el proceso. Nuevos escenarios surgirán a partir de la implementación de la convención. Nos proponemos apoyar la diversidad en la expresión de las políticas culturales que cada país decida adoptar en el marco de este documento, buscando un equilibrio internacional de los intereses involucrados. Las expresiones culturales de nuestros países necesitan de industrias culturales locales fuertes. Para ello, es esencial generar, en plena libertad, políticas de fomento y subvención
Procuraremos la aplicación de los contenidos de la convención a otros ámbitos y escenarios de la política internacional, en particular en aquellos de intercambio de bienes y en otros ámbitos vinculados, como la Organización Mundial de Comercio (OMC), la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, y en los espacios y acuerdos hemisféricos, regionales y subregionales (Mercosur, OEI, OEA, etc.), con el propósito de asegurar su efectividad. Y fortaleceremos el diálogo social y cultural, sea mediante los espacios que surjan a partir de la implementación de la convención como de aquéllos establecidos en virtud de otros acuerdos internacionales.
Los desafíos están claros y los fija de manera simple y rotunda el texto de la propia convención en sus 33 artículos, entre ellos: “Fomentar el diálogo entre culturas, a fin de garantizar intercambios culturales más amplios y equilibrados en el mundo, en pro del respeto intercultural y una cultura de paz”.
4 comentarios:
ola profe, por las casualidaddes del momento la prueba de mañan es solo la guia de trabajo sobre la poblacion activa y pasiva(incluye el papel laboral de la mujer)
¿nada mas verdad?
obviamente lo que se encuentra publicado en este post y lo de diversidad cultural y estereotipos sociales que vimos en clases.
haa profe no tengo los estereotipos culturales por que falte y en el cuaderno que me puse al dia no los tenia.
¿cuales son?
igual los voy a buscar en internet pero si puede decirme cuales son mejor :).
haaaaaaaaa profe no tengo los estereotipos sociales por que falte y en el cuaderno que pedi no los tenia.haaa .
¿cuales son? igual los voy a buscar en internet pero si alcanza me dice cuales son.. pliss!!!
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